viernes, 22 de julio de 2022

La inspiración hablando con un buzón de correos


 

"Haz todos los días algo que te asuste. Una sola cosa que te asuste".

— Leonor Roosevelt


LA INSPIRACIÓN
hablando con un buzón de correos


Poca gente sabe que soy un poco animista.

El animismo (del latín anima, ‘alma’) es un concepto que engloba diversas creencias en las que tanto objetos (útiles de uso cotidiano o bien aquellos reservados a ocasiones especiales) como cualquier elemento del mundo natural (montañas, ríos, el cielo, la tierra, determinados lugares, espíritus, rocas, plantas, animales, árboles, etc.) están dotados de movimiento, vida, alma o consciencia propia.


Ya ves, qué cosa más rara, no?


Pues sí. Se lo contaba a una amiga el otro día, para alegrarle el horario laboral de teletrabajo en habitación sin aire acondicionado.

Porque soy así de malvado.


Todo empezó con un arroz con pollo.


Llevaba el arroz chup chup un rato y le dije a mi amiga: Voy a mirar el arroz, a ver qué cuenta.


(El arroz estaba bien. Sin quemar ni nada. Así que apagué el fuego y a reposar debajo de un paño como Arguiñano manda)


Y cuando volví, se me ocurrió estirar el chicle.


—No te conté que soy animista.
—Animista?
—Sí, vamos a ver... Los animistas creemos que todo tiene un alma, así que hablamos con las cosas.
—¿En serio?
—Una vez tuve una interesante charla con un buzón de correos. A la gente se le hace raro. Pero no saben lo que se pierden.


(Risas)


—Se quejaba mucho de los modales de la gente con las cartas?
—Bueno, según ella, era una buzona, en una vida anterior había sido pitonisa. Pero de las malas. Echaba las cartas, el Tarot, y no acertaba ni una. Ni siquiera el viaje y el conocerás a un hombre. Nada.
—(Risas) Pobreeee…
—Ya te digo. Ahora estaba pagando el karma en la esquina de Layetana junto al Corte Inglés.


Bien.


El humor es como la saliva, que todo va mejor con ellos.



Le ocurre a la antropomorfización.
(Sí, sé usar palabras muy largas).


Es una figura retórica que, con humor, entra muy bien; pero sin él, resulta paródica y arruina tus párrafos.


Y muchos escritores y escritoras caen en ese gran error. La mayoría por pretender ser líricos en lugar de claros.


Un ejemplo: El tiempo abrió un inciso…


  • Porque les pareció que quedaba bien.

  • Porque no leyeron varias veces y en voz alta el párrafo.

  • Porque en el taller literario querían que siguieras aprendiendo ortografía.

  • Porque su mami les dijo que estaba muy bien y que era pura poesía.


Pues si quieres escribir poesía, escribe poesía, pero saca sus floridas garras de tu novela.

El antropomorfismo es la atribución de características y cualidades humanas a los animales de otras especies, objetos o fenómenos naturales. Es considerada una tendencia innata de la psicología humana. Se trata de una forma de personificación parecida a la prosopopeya.


Y en la que caen muchos escritores.


Licencia poética, me dirás...


No sé quién expide esas licencias pero me parecen licenciosas.


En narrativa NO intimista en primera persona, no hay licencias poéticas. Te las guardas. El lector no las quiere. Hay un momento en las escenas para ponerlas.


Los lectores quieren una historia en la que perderse y entretenerse, quizá aprender algo que comentar en sus barbacoas del sábado, reírse, sufrir con tus personajes. PERDERSE EN UNA HISTORIA.


Conoce a tus clientes, para quién escribes.


Quienes son tus lectores.


Y piensa si son suficientes para que cambien su dinero por tus historias (No vayas a ser un perroflauta del terror) y que puedas dedicarte a escribir más historias en lugar de teleoperar o ir a la fábrica o la oficina todas las jodidas mañanas.


Si quieres y dejas el ego fuera, yo te enseño.

Piénsalo como un gimnasio para tu escritura.



Aquí, por 69 euros.

Asesoramiento literario para escritores malvados.



PD: Si te preguntas por el arroz. Estaba rico, pero no dijo nada el esaborío. En el enlace de arriba para ver si trabajamos juntos.
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